Planificar

Compaginar vida personal con trabajo, familia, amigos y estudios puede resultar a veces complicado.

Una buena planificación es la base para que no te desborde todo lo que tienes que hacer.

• Planifica tanto tus asuntos de vida laboral, personal y de estudios. Incluso los más mínimos de tu vida diaria.

• Para los estudios ve marcando objetivos a corto plazo y que sean alcanzables.

• Organiza tu horario de estudio.

• Hacerte con una agenda resulta tan fácil como efectivo.

Mantén la calma

Ante todo, tómalo con mucha calma y piensa que, aunque sea difícil, no es imposible. Se pueden hacer muchas cosas, pero no todas a la vez. La paciencia es una gran aliada.

Lo que primero debes contemplar es que la oposición sea viable, y le puedes dedicar tiempo, porque el no poder llegar a todo te puede llegar a desgastar.

No debes olvidarte de que tu vida personal no la puedes anular, ya que, si sólo dedicas tu tiempo a estudiar, pueden aparecer síntomas relacionados con el estrés. Esto puede hacer que te plantees abandonar por no poder llevar un ritmo demasiado intenso y horarios demasiado estrictos.

Al menos los fines de semana debes reservar un espacio para ti y otro para tu familia o amigos.

Controla el estrés

A primera vista parece que te vas a sobrecargar con muchas cosas.

Y es verdad. El trabajo tiene unos horarios y dedicación que no puedes obviar, supone desgaste tanto físico como mental.

Si además tienes familia, tienes que atenderla, sin embargo, también te pueden ayudar.

• El tener una presión psicológica grande, hace que no puedas estudiar con claridad. Para minimizar esta presión puedes hacer varias cosas:
  Cuando veas que lo necesites, tómate unos días de descanso. (Afilar el hacha). Es mejor que “pierdas” unos días que no que vayas arrastrando cansancio, ansiedad y confusión todos los días y que no rindas en los estudios.

• Haz lo que veas que te preocupa que estás dejando de lado por estudiar: médicos, reuniones, o simplemente descansa unos días.

• Tómate en serio meditar o hacer ejercicios de respiración todos los días. No es una pérdida de tiempo. Cuando lo controles, podrás aplicarlo sin dificultad para parar la ansiedad en los momentos en que más desbordado estés.

Pide ayuda, no pasa nada

Ponte de acuerdo con tu pareja si la tienes, tu familia o amigos, para que te ayuden y puedas repartir las cargas familiares o que te echen una mano en tus tareas personales diarias.

Ellos entenderán que estás estudiando para mejorar tu vida y esto les repercutirá favorablemente en ellos. (Trabajo en equipo)

Eso sí, no se lo pagues con estrés y malhumor. Dedícales luego tu tiempo con el mejor humor del mundo.

Algunas formas de aprovechar el tiempo

Si te das cuenta, pasamos mucho tiempo en el transporte, esperando una cola, en el supermercado, en el coche esperando que los niños salgan del cole…

Todos estos tiempos muertos los puedes aprovechar.

Puedes hacerlo o bien para relajarte, o bien para estudiar. O una combinación de ambas sería lo perfecto.

• Aprovecha los trayectos en coche para escuchar alguna clase o mientras caminas o haces deporte.

• Lleva, en papel o en el móvil, flash card o mapas mentales que puedas repasar rápidamente en tiempos más cortos.

• Sube a la nube documentos más amplios que puedas consultar cuando tengas más tiempo desde el móvil o tablet.

• En el trabajo puedes aprovechar los descansos más cortos para darle un repaso, sobre todo cuando está más próximo el examen.

• Pero también es importante que, al menos, los descansos más cortos en el trabajo, los aproveches para socializar con tus compañeros, ya que, si estás en el trabajo estudiando, no vas a separar ambos mundos y te puede producir más ansiedad.

• Puedes quedar con algún amigo o compañero de oposición para tomarte algo, pero antes, pídele que aguante con paciencia el que le expliques un tema como si él fuera el tribunal, así evocas el conocimiento que tengas sobre el tema y reforzará tu aprendizaje.